Mitos: El Bosque Energetico (I)

El Semanario El Planeta de General Alvarado, publica habitualmente en su edición on line una secciòn llamada mitos. En esta oportunidad sobre el Bosque Energético de Miramar. Aquí la primera entrega.:: RM ::
PARTE I

Gradualmente ha ido creciendo su fama y se ha convertido en uno de los principales atractivos de Miramar.
No existe guía turística, anuario, folleto o página web de la ciudad de Miramar que no hable de él. Tampoco lo olvidan las propagandas radiales y televisivas que el municipio realiza en localidades vecinas.

El bosque energético, también llamado por muchos centro o monte energético, zona energética o bosque encantado; es una arboleda de aproximadamente 100 metros de radio que forma parte del Vivero Dunícola “Florentino Ameghino”.

Tanto los impresos, como la información que circula por internet, o las propagandas, manifiestan que el bosque posee características únicas relacionadas con la energía. Se anuncia que es una arboleda tan tupida que en pleno día no puede penetrar la luz del sol.

Algunos artículos dicen el bosque afecta el normal funcionamiento de las radios o que imprime extraños sonidos en las grabaciones que se realizan en su perímetro; que pueden verse extrañas luces y siluetas; que muchos enfermos han encontrado alivio a sus males; etc.

Es clásico también que se repoduzca alguna foto en la que se ve una ramita clavada en la tierra, en cuyo extremo superior descansa otra ramita. El equilibrio de esta “T” sería mantenido por la energía presente en el bosque.

Pero mucho antes de que apareciera toda esta información, los habitantes de Miramar ya habían escuchado sobre las rarezas del Bosque Energético por boca de sus vecinos. Así, años antes de que un cartel indicara su ubicación exacta, corrían rumores de una zona del Vivero en la que pasaban cosas raras. Unos cuantos paseantes de aquel entonces se toparon con que había un terreno cercado con hilos y bandas, del cual salían unos señores que explicaban que no se podía pasar por allí, ya que se estaban relizando estudios científicos.

Una vez que aquellos ocupantes dejaran el bosque, por curiosidad, muchos visitaron el sitio, antes de que el mismo se convirtiera en visita casi obligatoria para todos los turístas.

Lógicamente, también hay miramarenses que han llegado al hoy mentado bosque por azar, mientras recorrían las bellezas del Vivero. Juan César, por ejemplo, nacido en Miramar hace 44 años, conoce la zona desde que la visitaba con sus amigos de la infancia:

Yo de chico he cazado palomas ahí –nos cuenta- antes el camino a Mar del Sud era de aquel lado, así que por ese camino (la actual ruta) sólo iban los camiones a cargar tierra. En ese monte jamás hubo un pájaro, nunca se escuchó nada.

Juan recuerda como era el bosque antes, y opina que la afluencia de público lo ha modificado:
Estaba más tupido que ahora, antes no se veía, era un monte oscuro, te daba miedo entrar. Ahora que arrancan palos, ya se ve.

¿Ha visto científicos realizando estudios? –le preguntamos.

Hemos visto gente que venía y ponía esos sensores, esos hilitos, todo eso, y nos decía que no podíamos entrar. Pero ya antes, cuando éramos pibes, que pasábamos por ahí, veíamos cruces colgadas dadas vuelta, velas rojas, círculos, animales colgados. Todo en la orilla, no lo hacen en el centro, así que algo de energía debe tener eso.

Cuando le preguntamos al entrevistado si él o sus amigos han tenido sensaciones extrañas o visto algo anormal en el lugar, nos responde que no, pero inmediatamente recuerda un suceso reciente:
La otra tarde veníamos del campo, era de día, y a la altura del monte energético, vimos una lucecita…

Obviamente Juan se refiere a un fenómeno que no respondía a causas naturales concocidas ni a aparatos comunes. También nos aclara que él no fue el único testigo del insólito hecho:

Y no es que lo vi yo solo, estaba con mi hija y ella también lo vio –dirigiéndose a la niña, que presencia la entrevista desde un rincón, le pregunta:

– ¿Te acordás? -a lo que ella responde afirmativamente.

Antes de finalizar la entrevista, Juan nos da la ubicación de un monte grande de pinos, también dentro del Vivero, que “es exáctamente igual a como era el Monte Energético antes. Hay una oscuridad… no hay un pájaro, nada. Todavía no lo han descubierto.”

No sabemos si este otro bosque tendrá propiedades energéticas especiales, pero consideramos prudente preservarlo y no revelar donde se encuentra.